CARTA DE DORIS

                   Carta escrita con motivo de Las Hijas de María

 

 

 

Querida madre:


Esta carta es para pedirte perdón. Lo primero, por no haberle escrito antes a tu marido José y al niño, por no acordarme de vosotros lo que debiera , por no inteteresarme de vuestro estado en las cosas cotidianas que suelen sucedernos a cualquier familia.

 

Un poco de culpa es de los evangelistas  por no escribir más de ti y tu esposo.

 

Yo quisiera saber más cosas de tu vida de diario, cómo vivías en Belén, Egipto, Nazaret, en Jerusalén.....dónde tenias  el baúl, la mesa, tus tiestos con flores.....qué distancia tenias que recorrer para ir a por agua, ¿cuánto te costaba un litro de aceite?, ¿qué cena pusiste a los Reyes en aquella tan comentada noche?.........

 

Quisiera saber mil detalles de tu vida, cuantos más mejor; a fuerza de verte siempre metida en las hornacinas del altar, es fácil olvidar que en este mundo viviste las veinticuatro horas del día como una mujer sencilla, madre y esposa encantadora, entre ollas, escobas, vecinas, barro, sol, tertulias y serrín abundante del taller de José.

 

Cuéntame cosas de tu hijo cuando fue adolescente, si pasaste las mismas preocupaciones y malos ratos que nosotras pensando donde iría, cómo serán los amigos y sobre todo la hora de llegar a casa, esto que a todas madres nos trae a mal traer en algún momento de nuestra vida, a ellos siempre les parece pronto y claro así andamos.

 

Es maravilloso que como madre nos preocupen las mismas cosas; también aprovecho para decirte que no saquen a José tan mal, tan viejo en los retratos porque sabido es que los palestinos son guapos, con unos ojos preciosos.

 

¡Siendo tu tan guapa madre, él no podía ser menos!.

 

Es estupendo que siendo  Madre de Dios hayas vivido una vida tan sencilla, saber que eres como nosotras.

 

Te imagino miles de veces en aquellos días de vida mortal que por otra parte fue tan normal, pienso en lo que harías o hablarías en alguna ocasión con tus amigas sobre moda en ropa, calzado, peinados; los complementos que os poníais para las fiestas, que las había, alguna la describen los evangelios, lo de la boda ¿no te acuerdas?.

 

Yo no creo a los apócrifos que solo hablan de milagrerios, tan cercana, amable y a la vez tan real que procede del misterio de la “Encarnación” que el verbo de Dios se haya hecho carne y  que tú Madre de Dios hayas vivido como nosotras, me llena de alegría.

 

Gracias por todo madre, así entenderás mejor nuestras fatigas y desazones.

 

Perdona si algo no está bien pero me salió del corazón, también si a José lo traté con demasiada cercanía o desenfado, se que tu siempre estas dispuesta al perdón, también al niño que supongo estará ya muy grande y guapo.

 

Un respetuoso saludo a José, besos al niño y a ti madre te seguiré escribiendo para saber más  cosas, un abrazo muy fuerte y protégeme con tu bendición.

 


Tu hija que nunca te olvida Doris.